La transformación digital a la que todos asistimos durante el periodo de confinamiento es el resultado del impacto positivo de la tecnología en este sector.
Telemedicina: desafíos y oportunidades, ¿qué viene después?
Una pandemia global histórica, avances exponenciales en la ciencia médica, una explosión de tecnologías digitales, una aceleración en los cuidados y prevención de enfermedades – los últimos dos años han sido, sin duda, una prueba intensiva de resistencia en el sector de la salud.
La transformación digital a la que todos asistimos durante el periodo de confinamiento es el resultado del impacto positivo de la tecnología en este sector, una vez que la telemedicina y los dispositivos médicos aptos para inteligencia artificial son solo algunos ejemplos que están modificando la manera en la que interactuamos con los profesionales de la salud. Podemos afirmar, entonces, que en 2020 y 2021, el sector de la salud se revolucionó totalmente. La mayoría de las organizaciones sintió la necesidad de adoptar soluciones nuevas y disruptivas, cada vez más enfocadas en la cercanía al paciente y en la medicina de precisión. Los equipos médicos también tuvieron que adaptarse a una nueva realidad, nunca vivida, sobrepasando barreras asociadas a la medicina en formato digital, como es el caso de la telemedicina y las vídeo-consultas.
Prueba de esta transformación y aceleración digital en el sector de la salud es el crecimiento exponencial que estas tecnologías presentaron durante el confinamiento. En 2020 se llevaron a cabo 18,5 millones de consultas no presenciales (en cuidados de salud primarios), es decir, el doble del número registrado el año anterior. Hasta mayo de 2021 se realizaron 9,3 millones de consultas a distancia en las mismas unidades, valor que vuelve a representar un crecimiento de casi el 60% frente al periodo homólogo, según datos del SNS. A estos números, de consultas a distancia en los centros de salud, deben sumarse los de las consultas en telemedicina en las unidades de salud hospitalarias que, según los datos del Portal de Transparencia, em 2020 fueron en torno a las 50 mil. Este año, hasta fines de mayo de 2021, ya casi habían llegado a las 150 mil, números que prueban el peso que esta alternativa ha ganado a nivel nacional.
Así, no hay duda de que la telemedicina y las vídeo-consultas han traído beneficios al sector de la salud, más notorios en un periodo en que el acceso a los cuidados de salud de modo presencial estaba limitado. La telemedicina y la vídeo-consulta permiten acercar al paciente a su equipo médico, lo cual se vuelve especialmente relevante para ciudadanos localizados en geografías más remotas y con desafíos de accesibilidad o movilidad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que aún hay un largo camino por delante. Es necesario capacitar la consulta de herramientas que permitan extender la evaluación clínica posible durante la misma, incrementando el potencial de este abordaje. Para seguir mejorando la calidad de prestación de cuidados de salud a distancia, es responsabilidad de cada organización definir herramientas digitales fáciles de usar, y promover la alfabetización digital y de salud, para que cada paciente tenga la capacidad de gestionar su salud a través del seguimiento de un profesional del sector.
En este sentido, también el Big Data, el creciente número de wearables y el uso de Inteligencia Artificial prometen revolucionar la asistencia médica, aportando mejores resultados a este seguimiento, en la experiencia del paciente y en el acceso a servicios de salud, a través de la mejoría de la productividad y eficiencia, permitiendo auxiliar en la prevención y en el tratamiento.
En relación con la gestión hospitalaria, la Inteligencia Artificial también puede auxiliar a los gestores a tomar decisiones, a través del análisis de información y del cruce de datos disponibles en los diferentes sistemas de información. Esto podrá ayudar a los gestores a implementar las estrategias más eficaces, con base en el análisis de los casos de urgencia, conjugando con informes de la actividad gripal de los años homólogos, por ejemplo. Con este conocimiento previo, las respuestas a las situaciones de enfermedades virales, como el Covid-19 y la gripe, podrán ser previamente planeadas de forma eficiente y más eficaz, permitiendo anticipar la necesidad de asignar un determinado número de profesionales de salud y camas, así como prever el consumo de medicamentos.
Actualmente la medicina se practica bajo el paradigma de la medicina basada en la evidencia. Este paradigma, que se extiende a la medicina o cuidados de precisión, debe estar en la base de cualquier tipo de cuidados, como es el caso de los cuidados prestados por vía digital. La salud digital y su ecosistema permiten un seguimiento más cercano y proactivo, diferente del modelo de consulta presencial como punto principal de interacción, que tampoco debe descuidarse para una evaluación necesaria y exigida en el abordaje de diferentes situaciones clínicas. Estas disruptivas herramientas digitales deben servir para facilitar y apoyar la calidad de cuidados y no para caer em facilismos que podrán tener un impacto perjudicial en la salud de las personas, sea de forma aislada o en la comunidad.
Es fundamental hacer todos los esfuerzos posibles para avanzar hacia un futuro más sostenible. Presentar la salud digital como algo transparente, simple y justo podrá ser el primer paso para que esta nueva realidad se vuelva coparticipada. En los próximos años la tecnología será el pilar de todo el sector, con el objetivo de agilizar el trabajo de los médicos, optimizar sistemas, mejorar los resultados de los pacientes, reducir el error humano, asegurar el principio de equidad, beneficiando a todos los ciudadanos, sin excepción y sin marginalizar a los que están a grandes distancias de los grandes centros urbanos o con más dificultades económicas, y disminuir los costos, a través de experiencias virtuales.
El futuro es ahora. ¿Preparados?